Avui celebrem amb vosaltres el Dia Internacional de la
Biblioteca 2014. En aquest dia es dóna a conèixer la gran tasca de les biblioteques.
Aquesta celebració nasqué l'any 1997 com a
proposta de la Asociación
Española de Amigos del Libro Infantil y Juvenil. La data escollida,
el 24 d'octubre, recorda la destrucció de la Biblioteca de Sarajevo l'any 1992 durant el conflicte dels Balcans.
Aquí teniu una petita reflexió sobre el passat, present i futur de les biblioteques escolars.
Bibliotecas escolares. Pasado, presente y futuro.
Las bibliotecas se han considerado desde tiempos remotos como
depositarias del saber y la cultura. La primera biblioteca de la que se tiene
constancia es del año 3.000
a .C. y se encontraba en un templo de Nippur, en la
antigua Babilonia. Cuando los arqueólogos comenzaron a trabajar en la zona, a
mediados del s.XIX, encontraron más de 5.000 tablillas.
A partir de esa fecha, se pueden encontrar
vestigios de bibliotecas en todas las civilizaciones. En el Antiguo Egipto, por
ejemplo, podían encontrarse en templos y palacios y recibían la denominación deCasas de la Vida.
También, en los centros de enseñanza a lo largo de los siglos,
las bibliotecas han sido un elemento indispensable para la formación de
alumnos de los distintos niveles educativos. Pero los tiempos han ido
cambiando vertiginosamente y se imponen nuevos conceptos de la transmisión del
saber y la cultura, es decir, de la educación en general.
La sociedad de la información hace que la
capacidad tecnológica tenga un enorme potencial para hacer circular y almacenar
gran cantidad de información que el usuario pueda seleccionar y apropiarse para
su propio conocimiento. Aquellos que ya han nacido en esta sociedad del
conocimiento poseen unas capacidades para el dominio de herramientas
tecnológicas que hacen inevitable que acudan a ellas para obtener la
información que necesitan, pero a menudo no poseen la capacidad crítica para
seleccionar información fiable, elaborar y compartir el producto que es
resultado de este proceso. Es tarea del profesorado dirigir este proceso y el
lugar idóneo para ello son las bibliotecas escolares. Las nuevas tendencias
educativas, como el trabajo por proyectos y la resolución de problemas, necesitan de ellas para poder dar
respuestas a esta necesidad. ¿Están preparadas las bibliotecas escolares para
este cambio?
Es evidente que las bibliotecas escolares deben seguir prestando
el servicio para el que fueron concebidas pero, precisamente para ello, es
necesario que salgan de sí mismas y se abran a las infinitas posibilidades que
el mundo de las redes ofrece. Por ello, necesitan una transformación en centros
de aprendizaje compartido en el que se puedan promover iniciativas de
innovación e investigación educativa, más cercanos al concepto de taller que al
de recepción pasiva de conocimientos, que deben dotarse de todos los recursos
necesarios y en el que los libros sean uno más de los elementos que intervienen
en dicha formación.
Es necesario, pues, que las bibliotecas
escolares se abran al entorno de
diversas maneras. Por un lado, formando redes con otras bibliotecas (escolares,
públicas, universitarias, especializadas…) para crear nodos a través de los
cuales se pueda acceder a información fiable y de calidad, a repositorios, a
plataformas y otros recursos compartidos y de libre acceso. Por otro, las
diversas formas de aprendizaje (entre iguales, autoformación, aprendizaje
formal, no formal e informal, MOOCs…) impulsan a la biblioteca escolar a
abrirse a otros agentes del entorno educativo (como son los padres y
profesionales no docentes relacionados con el centro) y del entorno social que
quieran participar de esta experiencia de aprendizaje compartido (asociaciones
de barrio, municipales, colectivos…).
Además, las bibliotecas escolares deben
formar parte fundamental del núcleo motor de las alfabetizaciones múltiples, verdadero eje transversal de la
formación en competencias, en donde están incluidas también la
alfabetización mediática, la informacional y la digital.
Es necesario para ello un proceso que
parta de facilitar la competencia digital docente, para lo que es fundamental la
formación del profesorado.
Pensar en las bibliotecas escolares del futuro es pensar en el
modelo educativo con el que queremos formar a nuestros jóvenes.
Font:
Centro Nacional de Innovación e Investigación Educativa (Blog EducaLAB)
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